Thursday, October 20, 2011

Días Grises

Por fin la lluvia ha parado, pero sigue siendo un día gris.
El Sol salió por unos segundos, como para dar esperanza más que calor.
He dejado de escribir aquí por vanidad.
Lo que escribo en inglés, en otros espacios, tiene más lectores.

Vuelvo acá, más que todo, para disfrutar de la soledad.
En este espacio empecé el final de un proceso interno largo,
un trecho que me llevó de soñadora ingenua a ermitaña cínica.
Recuerdo cuando los viejos se burlaban de mis ideas.
"Andá probá pues, a ver cómo te va..."
Y yo, con mi prepotente juventud, lo tomé como reto.

Entre el 2000-2002, hacía el viaje de cuatro horas en camioneta cada fin de semana,
viajes en los cuales tuve conversaciones que nunca olvidaré,
como la que tuve con un geneólogo de Cobán...
"En Guatemala todos hemos sufrido algún trauma, somos un país de traumados."
Esa frase se me ha repetido en la cabeza por una década. Los primeros años retumbaba de sorpresa como los cohetes de cumpleaños del vecino a las cinco de la mañana. Luego aparecía en susurros cada vez más frecuentes. Los susurros se convirtieron en gritos, hasta que me acostumbré al volumen y la frase se convirtió en el soundtrack del paisaje. Y es que ya no puedo negar ciertas realidades que antes eran demasiado dificiles de aceptar, y por lo tanto, mirar.

Poder mirar no es siempre resultado de iluminación, ni boleto a la libertad. Hay cosas que sólo se ven en la oscuridad, con lentes de pesimismo, y estómago fuerte para tragarte la realidad.

Monday, July 11, 2011

Exilio - deprimida por la situación en mi país

El que estés allí
leyéndome
buscando respuestas
- porque por eso leemos -
me tranquiliza
aunque sólo sea por entretenimiento
siempre es con un mismo objetivo:
encontrarnos
en otras cabezas, en otras palabras,
en una perspectiva distinta
y tratar de sentir
por un segundo
ser otro
y no sólo serlo
sino, entenderlo
para entenderte
para entender
porque el no entenderte inquieta
y despierta curiosidad
por saber qué piensa el otro
para ver si piensa igual
o muy distinto
para ver si te encontrás en él
o si la soledad es real
como la siento hoy

Saturday, July 9, 2011

No Soy de Aquí ni Soy de Allá

Es la canción que cantaban mis padres cuando vivíamos en estados unidos, una especie de himno de nuestra identidad. Hoy se muere el autor - Facundo Cabral - a balazos en mi país natal. No creo que mis padres hayan imaginado nunca que las balas que atravesarían la cabeza de Facundo en el 2011 llegarían hasta mi, aquí en bananalandia, donde me harían hacerme las mismas preguntas que ellos se tuvieron que hacer hace más de treinta años, antes de nuestra migración al norte. No creo que hayan imaginado que estaríamos en las mismas, y hasta peor porque ahora no hay quien se atreva a cantar la verdad.

Nosotros, hijos de intelectuales y revolucionarios, por dormirnos, confiados en que el jardin ya estaba sembrado y había sólo que recoger los frutos. Y consumimos todo - la luz, la esperanza, la música, la información. Pero no producimos. No de lo que se necesitaba para mantener esa libertad que heredamos, que se nos dió con sudor y sangre. Pero no hicimos suficiente. Sólo entre nosotros celebramos la victoria. Sólo entre nosotros hicimos fiestas de letras y danzas y teatros. Sólo entre nosotros jugamos a ser héroes. Sólo entre nosotros seguimos repitiendo discursos memorizados y repartiendo ideas recicladas, ni siquiera ideas nuevas. Al menos no suficientes. Fuimos románticos e ineficaces.

Así que pido perdón a la próxima generación, y a todas las que le siguen, por haber perdido tiempo, por haber retrocedido, por haber desperdiciado, y por haber descuidado. Pido perdón a Facundo, a mis padres y a mis maestros, por haber deshonrado su lucha.

Sunday, July 3, 2011

América

Estudiando geografía con mi hijo, vimos un libro (gringo) que hablaba de los siete continentes - Africa, Asia, Austral-Oceanía, Europa, Antártica, Norte América y Sur América. Yo le había enseñado que eran seis - Norte, Centro y Sur como uno mismo, Las Américas. Me preguntó "pero, según este libro, ¿qué somos nostros entonces? ¿Somos del Norte o del Sur?" Le enseñé la separación entre Panamá y Colombia, y le dije que suponía que por eso, dirían que Centro América es parte del Norte. La ambigüedad molestaba. Con sus preguntas, me tocaba un nervio sensible - mi identidad. Dentro de todas las dudas que tengo respecto a mi identidad, puedo decir que soy americana porque soy de Las Américas. Soy de esta tierra y de su historia, del Norte y del Sur. Soy la mezcla de razas de por lo menos 300 años. Mis apellidos me son desconocidos. No sé de dónde vienen. No sé cuál es mi tierra original, que en todo caso serían tierras originales, y eso es, para muchos como yo, ser Americana. Mi identidad está formada por la culpa histórica y la culpa religiosa. Las mentiras para justificar el sufrimiento. Una tierra de belleza inigualable. Las revoluciones. Las tragedias. Las Selvas. Las Montañas. Las lágrimas. Tantas lágrimas. La Música. La Pasión. Tanta Pasión. Y ésta tierra, Centro América, en medio de dos extremos - tan extremos. Olvidada por un extremo. Envenenada por el otro extremo. Tener dueño. Esa fuerza que presiona, cada vez más fuerte, hasta reducir las llamas que a través de la historia siempre vuelven a crecer. Siempre. Ahora. Cada vez un poco más grandes. Un poco más calientes. Nos vamos sacando la benda de los ojos de a pocos, porque la luz de la verdad es casi insoportable. Somos esa Historia verdadera, la que quiero que mi hijo conozca. Y mientras la vamos conociendo, nos recordamos siempre de mirar a los árboles para recordarnos de lo que somos, aunque no sepamos qué nombre ponerle. Somos respiración y movimiento. Somos el universo infinito. Somos mucho más allá de 40,000 años. Somos los dinosaurios y la bacteria. Somos la suma de muchas historias, mucho más viejas, y mucho más largas. Somos evolución, a veces, y a veces somos retroceso. Somos América y la siento correr por mis venas, caliente y rica.

Friday, June 17, 2011

Dolores de Crecimiento

He bailado toda mi vida. Nunca me interesó otra cosa.
Sin embargo, mi verdadera pasión siempre ha sido la música, por su capacidad de sacarme de este mundo tan complicado a una dimensión paralela - la versión mejorada de esta realidad.
No me interesaba
hacer música, sólo escucharla y fusionarme con ella.

La danza no fue una elección, fue el inevitable resultado de mi amor por la música.
En el movimiento encontré el vehículo para acercarme lo más posible a esa fuerza milagrosa, adictiva y perfecta que es la música.

Siempre imaginé bailar hasta los setenta años, pero este año el cuerpo me lo está impidiendo.
Mis articulaciones están en huelga. Los tobillos me castigan en cada salto.
Las rodillas me insultan en cada vuelta. Las muñecas me prohiben aquellas tiradas al piso que me hacían sentir volar en ese mar de sensaciones exquisitas.

Por primera vez en mi vida, mi cuerpo no está bailando.

A diferencia de lo que imaginaba, no es motivo de tristeza. No siento que se muere parte de mi o que pierdo algo indispensable. Al tener que mantener quieto el cuerpo, se me están moviendo otras cosas. El movimiento continúa y no depende del cuerpo.

Con los impedimentos físicos, la danza pasa a otras partes de mi ser. Quizás no pueda volver más a esa dimensión encantada en la que existí duranate mi juventud entera, pero ahora se abren otras, nuevas dimensiones - desconocidas y emocionantes - en las que llego a lugares aún más profundos en mí. Contrario a lo que pensaba, no dependo de mi cuerpo para ser quien soy.

Friday, June 10, 2011

Educación Rebelde

Hace dos meses, mi hijo y yo tomamos una decisión gigante - hacer Escuela en Casa, o "homeschooling". Cada día que pasa, me hago más consciente de cuán revolucionario es salirse del sistema educativo y hacerse responsable uno mismo de la educación de sus hijos. También me doy cuenta de cuánto estaba dejando en manos de personas con valores y creencias muy diferentes a los míos.

Si yo he escogido una vida alternativa y poco convencional, ¿cómo voy a dejar que mi hijo participe 6 horas del día dentro de un sistema de educación convencional? ¿Cómo voy a permitir que lo entrenen para el sistema? Si yo soy radical en mi vida, por supuesto que tengo que serlo con la vida de mi hijo. Inscribirlo en un mundo en el cual no creo sería un acto de máxima hipocrecía.

Las escuelas, como las conocemos hoy, no son más que un modelo de multiplicación construido durante la revolución industrial. Es una educación para crear conformistas productivos. Yo para mi hijo quiero una educación que enseñe libertad, pensamiento crítico, conciencia del mundo y compromiso con el cambio hacia una sociedad más justa. No hay una escuela así a mi alcance, así que la haré YO.

La primera escusa para la mayoría de padres y madres, de pensamiento alternativo, es que no tienen tiempo para hacerlo porque trabajan. Sólo hay que ser creativos. No se trata de replicar la escuela tal cual en casa con un horario de 7:30am a 3:00pm. Puede ser por las noches, los sábados, en tu tiempo libre. Puedes buscar ayuda de amigos o familiares. Puedes preparar proyectos que tu hijo pueda hacer solo. La mayoría de quienes siguen un camino diferente pueden llevar a sus hijos al trabajo. Ellos también aprenderán al verte trabajando.

¿Y la sociabilización? Así como yo escojo con quiénes relacionarme, quiero que mi hijo pueda hacer lo mismo. Por supuesto que él tendrá que aprender a lidiar con personas diferentes a él, pero no necesariamente convivir con ellos treinta horas por semana dentro de un(a) (j)aula. Nuestros hijos aprenden tanto de sus compañeros de clase como de sus maestros - para bien y para mal. Pienso que buscar programas lúdicos, artísticos y/o deportivos de dos o tres veces por semana es más que suficiente. Nos han vendido la idea de que nuestros hijos están mejor con otros niños que con nosotra/os - sus padres y sus madres. Yo, por mi parte, sé que ambos somos mucho más felices con todo el tiempo que pasamos juntos desde que lo saqué de la escuela. Se siente bien. Se siente natural.

Si tuve un hijo fue para estar con él y acompañarlo en su descubrimiento del mundo, y no para entregárselo al sistema del cual lucho día a día para liberarme. ¿Pero de qué servirá liberarme yo, si no aseguro la misma liberación para las futuras generaciones? Se moriría esa libertad conmigo.

Educar a tu hijo/a en casa es un acto de rebelión. Te lo recomiendo. Mucho.


Thursday, May 19, 2011

Amor Violento

En mi país hay un grupo de gente que predica el positivismo. ¿Suena positivo, verdad?
Qué excelente sería poder sonreír y confiar en medio de esta pesadilla, y mantener la esperanza de que pronto todo estará mejor, y que un día de estos las noticias serán - "Hoy en Guatemala no hubo muertes violentas, ni una."

Pensé que el proceso de evolución era lineal, siempre hacia adelante. Eso significa la palabra. Entonces, ¿cómo puede ser que estemos viviendo lo que hace más de diez años pensamos que habíamos superado? Preguntas ingénuas, lo sé. Entiendo las respuestas en la cabeza, pero no en la piel, ni en los recuerdos.

Vivo en un lugar lleno de árboles. En la mañana me levanto con el cantar de cientos de pajaritos. Por la ventana veo un volcán al frente y montañas alrededor. Crecen flores exóticas en mi jardin, haciendo escenario para las maravillosas danzas aéreas de los colibríes. Pienso en el Principito y su rosa - la razón para permanecer en su planetita marginal. Un amor doloroso porque no deja ir, por el mismo amor que se le tiene.

La belleza de este lugar me sujeta como un amante violento, pero tan bueno en el amor que los golpes se aguantan.

El futuro es un gran signo de interrogación, un espacio gris tirando a negro. ¿Dónde estaré en 15 años? ¿Me habré ido para entonces? ¿Cuánto podré aguantar hasta tirar la toalla y migrar? ¿Seré capaz un día de arrancarme el corazón para abandonar este hermosísimo campo de batalla? Y la pregunta más terrorífica de todas - ¿mi familia estará bien?

Trato cada día de disfrutar el sol, el viento y el verde intenso de este lugar.
Hoy, el amor es aún suficientemente fuerte para mantenerme.

Saturday, May 7, 2011

Pasando la Piocha

En un mundo lleno de prohibiciones, a veces el permiso más dificil de conseguir es el que uno se da a sí mismo. Dirigir un proyecto social es el trabajo que más satisfacción me ha dado hasta ahora. Pero, empiezo a extrañar otros aspectos de mi vida que, sin mayor tiempo para pensarlo, sacrifiqué.

Dicen que uno de los verificadores más importantes del éxito de un proyecto social es el eventual desprendimiento de su fundador/a. Vengo sintiendo, desde hace un tiempo, que ese momento se aproxima para La Cambalacha - proyecto que fundé y dirijo desde hace ocho años, con el corazón en la mano.

El primero de enero sentí que éste sería un año de muchos cambios y, según oigo de otras personas, no sólo para mí. He escuchado a varias personas decir que sienten que el mundo gira más rápido en el 2011. Es un año intenso: levantamientos, guerras, desastres naturales, difusión masiva de secretos "top secret", elecciones nacionales, muertes cercanas y toda la expectativa acerca de la llegada del 2012.

Sin embargo, la hermosura de la vida sigue presente. Tenemos un coordinador local, formado con nuestra primera generación de once Jóvenes Líderes. Todos menos cuatro de ellos siguen trabajando juntos con una organización de educación VIH-SIDA. De los cuatro faltantes una es mamá en casa, uno es maestro, uno es músico y el último se quedó en La Cambalacha para coordinar la formación de futuras generaciones. Lo veo tomando las riendas del proyecto y teniendo un éxito rotundo en el manejo de programas, y no me queda duda de que mi presencia es cada vez menos necesaria.

Este año son veintidos - el grupo más grande que hemos tenido desde el inicio del programa para jóvenes en el 2007. Irónicamente, es el año en el que menos fondos tenemos. La dura realidad es que posiblemente ésta sea la última generación. No me deprime. Más bien, es perfecto. El impacto que ha tenido el proyecto en nuestras dos comunidades centrales es incuestionable. Hay grupos de extensión formándose. Hay jóvenes armando pequeños grupos de baile, acrobacia y teatro. Hay una diferencia notable en la calidad artística de lo que ahora vemos en los eventos culturales escolares, comparado con lo que veíamos hace tan solo cuatro años. Son 40 las y los jóvenes que han pasado por el programa, pero son miles de jóvenes quienes han sido influenciados por nuestro trabajo. Si La Cambalacha tuviera que cerrar hoy (que no es el caso), podríamos quedarnos tranquilos de que lo hicimos bien.

Para que el proyecto sea sostenible, será necesario pasarlo a las manos de ésta cuarta generación y dejar mi posición como directora (casi ad-honorem) para buscar ocupación que me dé ingresos y tiempo para una nueva aventura que he recientemente emprendido - educar a mi hijo en casa. La semilla está sembrada y me daré permiso de pasar la piocha.

Saturday, March 26, 2011

María

María es madre de dos niños que participan en nuestro proyecto. Fue de las primeras mujeres que conocí cuando me instalé en este pueblito.

Tiene seis hijos, comenzó a tenerlos a los 15 años. A los 23 años se quedó viuda, el marido se murió de alcoholismo antes de cumplir los 30 años - como muchos. Desde entonces, María vive en casa de los suegros (también alcohólicos). También viven allí las dos familias de sus cuñados. En total son 17 personas viviendo en una casa con tres habitaciones.

Cada año, al llegar la feria, el suegro fue vendiendo sus terrenos a extranjeros y ahora sólo tienen dos terrenos pequeños donde siembran maíz y café. Al repartirse estos entre las tres familias, quedarán lotes muy pequeños. Al repartirlos luego entre los nietos, serán pedacitos de a 8 metros cuadrados si mucho. Alcanzará para que cada quien se construya una casita, pero ya no tendrán dónde sembrar.

María es la única en toda la casa que tiene un trabajo estable - lavando sábanas en un hotel. Ella paga la luz por todos, y muchas veces le toca darle de comer a sus sobrinos también - cuando sus padres no tienen para darles (o han gastado todo en trago).

María siempre sonríe y raramente se queja. Pero una vez sí la vi fúrica. Había dejado Q500 (su quincena) en el armario. Salió un momento y no echó llave. Al volver, la puerta del armario estaba abierta, y su quincena ya no estaba. Tuvo que haber sido una de sus cuñadas, estaba segura. Pero no quería problemas, así que mejor no les dijo nada. Total, ya estarían emborrachándose con el dinero que era para pagar la luz, ¿y qué sentido tiene discutir con un bolo? Dios se encargará.

Un día María subía la montaña para ver su milpa, cuando un hombre conocido la jaló y la acostó. Con cinco hijos, una hérnia y 35 años, quedó embarazada. No lo denunció por vergüenza. El desgraciado luego fue a jactarse de la facilidad de la mujer. Como era hombre casado, María fue expulsada de su iglesia y víctima de insultos constantes de sus vecinos.

Nadie sabía que en su vientre crecía el niño, así que decidió abortar con una sobredosis de vitamina C durante dos semanas. Lo logró. La única otra persona que sabía era su cuñada, sin embargo, en poco tiempo, todo el pueblo se enteró. La reputación de María cayó aún más bajo.

Su hija mayor ya no quiso estudiar, por las burlas que recibía de sus compañeros. El hijo mayor ya se está juntando con los ladrones del pueblo para entrar a robar a los hoteles, por lo que María se niega a recibir un centavo de ayuda de él. Es dinero sucio y no quiere alimentar a sus hijos pequeños con el pecado.

María tiene sueños lúcidos. Sueños en los que sabe que está soñando y puede tomar el control de los sucesos. En sus sueños puede decidir volar, hablar con Dios, visitar a sus muertos, y hasta hacer el amor con su esposo. Dios le dice que no se preocupe, que todo el sufrimiento de este mundo será premiado con su entrada al cielo. Me explica detallada y eufóricamente cómo es el paraíso. Allí, todo estará bien.

Friday, March 18, 2011

Teoría de Invisibilidad

El otro día, dos de mis alumnos adolescentes me entregaron tareas idénticas. La tarea era entrevistar a alguien que había vivido el terremoto del '76 de adulto. Sabían que era un trabajo individual. Los llamé a sentarse conmigo y le pedí a uno que me leyera su primer párrafo. Luego le pedí lo mismo al otro. Eran iguales, palabra por palabra. Esperé que ellos dijeran algo, pero nada. Ni un pequeño gesto de pena. Les dije que había algo extraño en sus trabajos y les pregunté si sabían qué era. Con una levantadita de hombros vi que aún pensaban que podían hacerme creer que era pura coincidencia.

Este año estoy cumpliendo 20 años de dar clases. Empecé cuando tenía 15 y nunca paré. Para cuando vine a empezar mi proyecto en el área rural, ya tenía 10 años de experiencia en mi mochila, pero era experiencia en educación urbana y privada.

De poco me sirvió. Sólo había trabajado en la ciudad y no tenía la menor idea de que sería tan diferente aquí. Durante los primeros años del proyecto aprendí más de lo que pude enseñar.

Empecé a trabajar con la escuela primaria. Cuando llegué a dar mi primera clase allí, entré al aula y encontré a la maestra escribiendo en el pizarrón y haciendo caso omiso al caos total de niños corriendo y gritando. En un abrir y cerrar de ojos, un niño había alzado su escritorio y se lo dejó caer en la cabeza de su compañero. El agredido estaba sangrando mal. No había ni papel toilet en los baños para limpiarle la herida, así que lo mandaron a casa mientras que su agresor se quedó en clase sin siquiera una buena regañada.

Al segundo intento entré a la clase a encontrar a la maestra dando la espalda al grupo, con una caña en la mano y señalando sílabas en el pizarrón mientras los niños leían en voz alta ma-me-mi-mo-mu-na-ne-ni-no-nu. El aburrimiento se sentía con densidad. Por fin terminaron y di mi taller. No estuvo mal, habían participado. Entonces la maestra dijo algo así como "estos niños, no sé qué les pasa, no entienden nada, niños piojudos". Todos la escucharon y sentí que el corazón se me había caído al estómago. Todo un taller de creatividad y confianza tirada a la basura.

En los siguientes años escuché comentarios así muchas veces de otros maestros - "son burros, no quieren nada, tontos, no sirven para nada". Llegaba temprano para observar cómo eran las dinámicas del aula cuando yo no estaba - escuchaba desde la puerta para que no me vieran.

Atroz. No podía creer el nivel de abuso que recibían los niños cada día. Pero eso sí, en cada clase habían dos ó tres, bien peinaditos, arregladitos, bañaditos - a ellos sí los trataban bien, y muy bien. "Miren como hace Juanito, es que él sí es listo" "a ver Marcela, enseñáles cómo se hace, tan linda"... Pero entre más rotos los zapatos, peor el trato.

Yo ya no voy a las escuelas. Ahora van jóvenes formados en La Cambalacha a impartir los talleres en los idiomas Mayas locales. Entre el proceso de su formación como facilitadores y mis experiencias en las escuelas, es que llegué a mi teoría de la invisibilidad. Cuando alguno se acuesta en el piso a media clase, cuando dos entregan la misma tarea - palabra por palabra, cuando hablando de las masacres en la clase de historia alguien se ríe - es porque se creen invisibles. Creen que nadie los está viendo, nadie les está poniendo atención. Están acostumbrados a que el maestro no lea la tarea - total es sólo para mantenerlos ocupados, para que no molesten. Acostumbrados a que sus líderes y guías no se tomen la molestia en captar la atención del grupo, pues simplemente recitan discursos memorizados - no importa si los escuchan o no. Acostumbrados a que el que está parado en frente está sólo de adorno, y si está allí es porque tiene algo que ellos no tienen - poder. El que tiene poder tuvo la posibilidad de viajar a otros municipios para realizar sus estudios secundarios, o viene de una familia con más dinero, o es familiar del alcalde. Ellos ya saben que dificilmente llegarán a una posición de poder porque vienen de las familias que no pudieron invertir en educación, empresa o campaña. Saben que lo más probable es que al terminar 3ero básico con 20 años (porque dejaron de ir unos años por tener que trabajar), irán a trabajar a la montaña con el papá o el vecino.

Así que al final no importa lo que se hace. Los días pasarán y la situación se mantendrá así - con los mismos de siempre en el poder, luciéndose y sintiéndose superiores a los demás. Y los otros tolerándolo porque así es y así es.

Y entonces claro está que el complejo de invisibilidad no es sólo cuestión de la comunidad marginal, sino es un problema general en todo el país, pero más obvio cuando es en pequeña escala. De una manera u otra, la mayoría hemos aceptado que así es y así es, y que no somos capaces de cambiarlo porque somos invisibles, poco importantes, desapercibidos, ignorados y maltratados.

Con el tiempo vemos el cambio en los grupos que trabajan con nosotros. Se hacen más conscientes de sus cuerpos y su postura; la forma de comunicarse e interactuar con los demás; sus emociones y cómo canalizarlas; y, de sus derechos y cómo defenderlos. Y aunque sea por cuatro horas, tres veces por semana que están aquí, aprenden a ser visibles, presentes e importantes.

Saturday, March 12, 2011

1985 - la frontera entre antes y despues

Era 1985. Con unas compañeras estábamos calculando cuántos años tendríamos para el cambio de milenio. El año 2,000 parecía tan lejano. Yo tendría 25 años, estaría casada con el rey del pop, manejaríamos carros voladores y el mundo sería otro.

En ese momento tener microondas o teléfono inalámbrico era toda una novedad. Me daba miedo pensar en el futuro. Imaginaba un mundo dominado por robots gigantes desde la primera clase de computación que tuvimos.

El profesor - Mr. Kopenopolus, o algo así - nos pasó a sentar frente a unas cajas negras e intimidantes. Aparecieron códigos blancos e indescifrables. Sentí terror al pensar que mi futuro dependería de mi capacidad de poder llegar a entender esas combinaciones de letras y números. ¿Y si apachaba el botón equivocado?... ¿Explotaría el mundo? ¿La máquina se rompería y me echarían de la escuela? ¿Un alarma sonaría y llegaría la policía como en la película War Games?


El profe barbudo explicaba todo lo que podríamos hacer con estas máquina y de cuán más fáciles harían nuestras vidas. Levanté la mano. ¿Pero no se quedarán muchas personas sin trabajo si estas máquinas terminan haciendo todo por nosotros? No recuerdo muy bien la respuesta, pues para ese momento ya estaba sumida en el miedo absoluto a la tecnología, pero fue algo así como - habrán otros, nuevos trabajos, con computadoras. Imaginé una vida apachando botones, enredada en cables y siguiendo órdenes de una voz electrónica.

Mi casa fue la última del vecindario en tener microondas, teléfono inalámbrico y televisión por cable. Nunca tuve Atari. Los discman se volvieron obsoletos antes de que pudiera comprarme uno (no por falta de salario, sino por falta de decisión). Ya en el nuevo milenio, fui la última de mis círculos en tener celular, abrir cuenta de email y unirme a facebook. A los 25 años no tenía carro volador, dejé mi Toyota Corolla modelo '84 por una vida que no requiere de transporte motorizado regular. Nunca he tenido tarjeta de crédito. Escogí residencia rural. Mi hijo no tiene video-juegos. Pero a pesar de todo eso, irónicamente - aquel profesor tenía razón - aprendí a descifrar aquellos códigos y paso bastante tiempo apachando botones y enredándome con cables.

El mundo aún no es controlado por robots gigantes, pero mi visión sí estuvo bastante acertada. Se espera de mí saber cómo manejar máquinas - para pagar impuestos, comprar un boleto de avión, visibilizar mi proyecto, adquirir información, comunicarme, pedir audiencia o revelar fotos. No es opcional. No hay nadie al lado de la máquina para ofrecer asistencia o instrucción, pues hasta las instrucciones están dentro de la máquina y se asume que sé encontrarlas.

Extraño aquella inocencia tecnológica; mi tocadiscos y mi disco vinílico de Thriller; los cassettes y grabar canciones de la radio; esperar a las 20:00hrs para ver película en casa en el canal 11; leer cartas escritas a mano; y, las conversaciones ininterrumpidas por los ringtones personalizados.

Qué tesoro de recuerdos tiene mi generación. Son cosas que, si naciste 15 años después, ya no conociste. Para tí, lo tecnológico no es cambio porque naciste en la era digital. Es segunda naturaleza. Yo, a cambio, nací en la frontera entre antes y después. Tu cambio es otro - el climático. Dentro de 20 años puede ser que escribas sobre tus recuerdos de los últimos ríos limpios o de cuando el aire era gratis. Ojalá que no, ojalá escribas sobre recuerdos de un despertar colectivo global y de un avance tecnológico que rescató el planeta. Ojalá escribas sobre levantamientos unidos contra la explotación de recursos naturales; la redistribución del poder y la tierra; la descentralización de la educación y del arte; y, el fin de las guerras.

Thursday, March 3, 2011

La Talacha

Había escuchado de la talacha, pero hay cosas que no se entienden hasta que se viven.

Allí está, sufriendo. Estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado. No podíamos hacer nada. Se lo llevaron. Lo encerraron con criminales de verdad, como un conejo atrapado en una jaula de tigres. Llamaba llorando por los golpes que estaba recibiendo. Lo más urgente fue juntar el dinero y pagar para que no le siguieran pegando, pero para cuando ya se pudo, ya había sufrido varios días de tortura.

El defensor público me dice que no hay manera de movernos más rápido y que, si todo sale bien, estará fuera en un mes. Él sabe lo que es estar allí dentro y me dijo que ni a su peor enemigo le desearía estar en una cárcel de nuestro país. Se dedica a defender a jóvenes rurales en estas situaciones. Son jóvenes que muchas veces no saben expresarse en español. Sus familias no saben cuáles son sus derechos. No tienen dinero para contratar a un abogado privado. Afortunadamente, el defensor público es un abogado comprometido con la justicia y ha ayudado a muchas otras familias en situaciones similares. Él cree en la inocencia de nuestro compañero.

Su madre y su padre están destrozados. Han viajado todos los días a ver a su hijo. Es un viaje de varias horas. Cada viaje representa un día sin trabajo para ellos, y tienen varios hijos a quienes alimentar. En una semana han gastado sus ingresos de dos meses. Ahora están endeudados, pero no piensan en eso. Sólo piensan en su hijo y de cómo sacarlo de allí. La señora me saluda con sonrisa, pero en pocos segundos están los dos en llantos. Es dificil ver a un hombre grande llorar así.

Él es un joven que le gusta el arte. Hace gimnasia olímpica y acrobacia. Trabaja con niños de su comunidad y les enseña lo que sabe hacer. Llega cada mañana a las ocho en punto, a sus labores en nuestro proyecto, desde hace tres años. Los niños lo quieren por su dulzura y sencillez.

Era por la tarde. Había ido a recoger a su novia a la salida de la escuela. Faltaba un rato para que sonara la campana. Se acercaron unos jóvenes y lo invitaron a sentarse con ellos mientras esperaba. Aparentemente, un joven prendió un cigarro de tabaco mezclado. Tres policías los sorprendieron. Los tres jóvenes corrieron a los cafetales en diferentes direcciones. El policía lo persiguió y le saltó encima. En el proceso, el policía se lastimó una pierna. Si mucho, puedo pensar que nuestro compañero forcejeó un poco con la esperanza de escapar, como niño asustado. Es pequeño de tamaño, y no representa una amenza física a un policía entrenado. Dicen que el policía estaba furioso. Dicen que talvez le dolió el orgullo. Dicen que talvez por el enojo, el policía se inventó una bolsita.

Todos estamos más tranquilos desde que pagamos la talacha. Al menos ahora cuando llama sólo se queja del aburrimiento y confirma que ya no le están pegando. Ahora nos toca la parte lenta - llamar, perseguir, convencer, dar seguimiento, esperar. La espera duele. La imaginación tortura.

"¿Pero porqué corriste?" le preguntó su mamá.
"Porque sabía que mi papá se enojaría conmigo" le contestó.

Tengo que creerle al defensor público cuando me dice que lo sacará en un mes. Pensar en otra cosa, no. Pero cuando salga, ¿cómo saldrá? ¿Será todavía un niño? ¿Vivirá siempre con miedo? ¿Creerá todavía en el arte? ¿Habrá perdido la mirada inocente? ¿Habrá visto cosas muy horribles? ¿Habrá sentido por primera vez el odio? ¿Se sentirá aún dueño de su propia vida? ¿Y sabrá ese policía que en un segundo le cambió la vida a un joven que sembraba paz en este país tan violento?

Los voluntarios internacionales que trabajan con nosotros no lo terminaban de entender. ¿Es algo que se paga a la policía? ¿Dónde se paga? ¿Se hace con un abogado? No, les explico, se paga a otros presos, a una cuenta bancaria. Sus ojos se hacen grandes y se les cae la mandíbula mientras yo lo explico como la cosa más normal del mundo.

Sunday, February 20, 2011

Tengo

una casa en el campo, el tabique desviado, un hijo fascinante y un grito atrapado

una vista infinita de árboles y montañas, y sobre mi escritorio - una colección de telarañas

recuerdos de otros tiempos, personajes reciclados, adicción al tabaco, y tiempos olvidados

una cajita mágica, un millón de decepciones, agorafobia leve y dolor en las articulaciones

pesadillas de zombies, cinco perros y dos gatos, un salon de baile y zapatos baratos

un mejor amigo y unos cuantos más, muchos conocidos y tres tambos de gas

una mesa con tres patas, poca ambición, una lucha con el pesimismo y más de una canción

miedo a los malos, la mochila repleta, libros que no he leído y una educación incompleta

persistencia nata, humildad aprendida, gusto por el cine y por la buena comida

mucha impaciencia con la burocracia y una carcajada para los que creen en la democracia

la dirección de un proyecto que me saca lágrimas y sonrisas, y ciudadanía en dos países

mucho comparado con unos y comparado con otros, poco

tengo lo que tengo en este mundo loco

Wednesday, January 26, 2011

Los Ángeles Humanos

Creo que se están llevando a los ángeles.

Hace dos semanas un amigo murió en un mal aterrizaje de avioneta. Se llamaba Tom. Acababa de comprarse una avioneta para volar a Guatemala y comenzar una nueva vida aquí. Tom ayudaba a La Cambalacha y también a muchas otras iniciativas sociales al rededor del Lago. Era un hombre inspirado, generoso, iluminado y alguien que realmente hacía todo lo que podía por ayudar a su prójimo. Murió cumpliendo su sueño.

Hoy se murió otra amiga, en un hotel en Antigua. Venía en la etapa final de un proyecto que había soñado por años - traer a gente de Canadá para conocer a varios proyectos al rededor del Lago. Era una guapa sesentona con más energía que cualquier veinteañero.
Ginnette murió realizando su sueño. Me llamaron para avisarme cinco minutos antes de empezar este párrafo. Ya había decidido escribir sobre la muerte.

Ambos murieron el mismo día que tenían planeado reunirse conmigo, en días distintos, en un lapso de dos semanas. Siento angustia. No hay casualidades me dice un amigo. Inicialmente quería escribir sobre la reciente muerte de mi abuela, y de cómo he sabido de muchos amigos contemporáneos quienes también perdieron a sus abuelas en el último año. Quería escribir sobre cómo el envejecer no sólo te acerca a tu propia muerte, sino también a la muerte de la gente a tu al rededor. Pensaba entrar al tema de cómo se acumulan las muertes cercanas con los años.

Pero ahora me puse a pensar en quiénes más, aparte de las abuelitas, han muerto en el último año. Hice una lista de las personas que yo conocía, que ahora ya no están. Fue el año de más muertes cercanas de mi vida. Todas las personas tenían en común que: eran artistas o amantes del arte, eran visionarios, eran amados masivamente y trabajaban por la transformación social. Los llamo ángeles porque eran todas personas a quienes les importaba mucho más el bienestar colectivo que el bienestar propio, y si existen ángeles, pienso que estas personas lo eran de una u otra manera.

Me pregunto cuál será el significado de que hayan muerto ambos en días en que tenían reuniones conmigo, pero las respuestas que se me ocurren me ponen demasiado nerviosa. Mi amigo me dice que estas cosas no hay que analizarlas demasiado y que aumentará la frecuencia con la que suceden por el tiempo que estamos viviendo. Me dice que debemos estar concientes de lo que está pasando, pero no tratar de entenderlo, porque no podemos. Mas no puedo evitar pensar que se están llevando a los ángeles humanos, quizás por alejarlos del mundo - de lo que está sucediendo y está por suceder. Tal vez se los llevan para evitarles el sufrimiento que viene. En fin, tal vez no hay un significado directo para mi en el que ambos murieran camino a visitarme, sino un resultado de la dicha de conocer a tantos ángeles humanos
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Sunday, January 9, 2011

Workaholic

I´m my own boss and I just gave myself my longest vacations in eight years. During the first week of my six week vacation I continued the usual routine of going straight to my desk to plan first thing in the morning. Workshops, schedules, events... there´s a lot of planning in my work. After years of running a full time Mon-Fri art center for kids, I know that good planning is the key to a productive year.

But it was time to take a break. I´m a workaholic and I wasn´t going to stop working just for my vacation, something had to happen. And it did. One week into it and my mac broke down. The screen went green and stripey. There was nothing we could do about. It´s six years old. Death is imminent.

So I took it as a sign. I told my son to plan our entire month in his notebook. We took daytrips, went swimming, visited friends and had a great time. I drank beer with lunch and slept past seven! The weeks went by and I made sure to enjoy every day so that this vacation wouldn´t slide by without my even noticing.

Today is Sunday and we start classes tomorrow. I opened up my mac, turned it on, and voilá - it´s working again! No more green stripes, magically. I thanked my wise friend (mac) for making me take a break, disconnecting and slowing everything down. I´m rested and ready.

Sunday, January 2, 2011

quiero conocerte

Quiero conocerte, pero me resulta imposible.
Nos saludamos en el camino. Me cuentas algo, te cuento algo. Incluso nos sentamos a conversar. Pero hay cosas que no nos contamos, que nunca nos contaremos. Yo no te lo cuento porque creo que no me entenderás. Tú no me lo cuentas porque crees que te juzgaré. Cuando estamos juntos, tú tratas de ser como piensas que soy yo, y yo trato de ser como pienso que eres tú. Así que nunca nos conocemos realmente. Habrá quien piense que siempre hay que ser uno mismo, pero tú y yo sabemos que no se puede. No hay uno mismo, ni dos, ni tres. Sabemos que somos un enredo de aprendizajes, lavados de cerebro, imposiciones mentales. Nos enseñaron a los dos a odiarnos y alimentaron nuestro odio con mentiras y preconceptos. Yo quiero algo que tú tienes y tú quieres algo que yo tengo. Por eso nos saludamos, por eso se saluda toda la genta realmente, de una forma u otra. Nos saludamos porque el resentimiento no vence la curiosidad. Yo soy tu tabú, y tú el mío. Somos, el uno para el otro, nuestro lado oscuro. Nuestras preguntas sin respuestas. Hacemos la danza cada día. Nos esquivamos en el camino, inhalamos, levantamos la mirada, nos saludamos de la mano - a veces de abrazo, te hago alguna pregunta innecesaria, me respondes con una sonrisa. Sentimos la vergüenza compartida de aquella conversación íntima que tuvimos hace unos años, en la que abrimos un hoyo en el muro que nos separa, pero luego lo volvimos a cerrar porque mi cabeza no podía con tu mundo, y tu cabeza no podía con el mío. Desde entonces tenemos el acuerdo silencioso de mantener tapado ese hoyo, esa ventana, esa posibilidad de conocernos realmente.