Friday, June 17, 2011

Dolores de Crecimiento

He bailado toda mi vida. Nunca me interesó otra cosa.
Sin embargo, mi verdadera pasión siempre ha sido la música, por su capacidad de sacarme de este mundo tan complicado a una dimensión paralela - la versión mejorada de esta realidad.
No me interesaba
hacer música, sólo escucharla y fusionarme con ella.

La danza no fue una elección, fue el inevitable resultado de mi amor por la música.
En el movimiento encontré el vehículo para acercarme lo más posible a esa fuerza milagrosa, adictiva y perfecta que es la música.

Siempre imaginé bailar hasta los setenta años, pero este año el cuerpo me lo está impidiendo.
Mis articulaciones están en huelga. Los tobillos me castigan en cada salto.
Las rodillas me insultan en cada vuelta. Las muñecas me prohiben aquellas tiradas al piso que me hacían sentir volar en ese mar de sensaciones exquisitas.

Por primera vez en mi vida, mi cuerpo no está bailando.

A diferencia de lo que imaginaba, no es motivo de tristeza. No siento que se muere parte de mi o que pierdo algo indispensable. Al tener que mantener quieto el cuerpo, se me están moviendo otras cosas. El movimiento continúa y no depende del cuerpo.

Con los impedimentos físicos, la danza pasa a otras partes de mi ser. Quizás no pueda volver más a esa dimensión encantada en la que existí duranate mi juventud entera, pero ahora se abren otras, nuevas dimensiones - desconocidas y emocionantes - en las que llego a lugares aún más profundos en mí. Contrario a lo que pensaba, no dependo de mi cuerpo para ser quien soy.

Friday, June 10, 2011

Educación Rebelde

Hace dos meses, mi hijo y yo tomamos una decisión gigante - hacer Escuela en Casa, o "homeschooling". Cada día que pasa, me hago más consciente de cuán revolucionario es salirse del sistema educativo y hacerse responsable uno mismo de la educación de sus hijos. También me doy cuenta de cuánto estaba dejando en manos de personas con valores y creencias muy diferentes a los míos.

Si yo he escogido una vida alternativa y poco convencional, ¿cómo voy a dejar que mi hijo participe 6 horas del día dentro de un sistema de educación convencional? ¿Cómo voy a permitir que lo entrenen para el sistema? Si yo soy radical en mi vida, por supuesto que tengo que serlo con la vida de mi hijo. Inscribirlo en un mundo en el cual no creo sería un acto de máxima hipocrecía.

Las escuelas, como las conocemos hoy, no son más que un modelo de multiplicación construido durante la revolución industrial. Es una educación para crear conformistas productivos. Yo para mi hijo quiero una educación que enseñe libertad, pensamiento crítico, conciencia del mundo y compromiso con el cambio hacia una sociedad más justa. No hay una escuela así a mi alcance, así que la haré YO.

La primera escusa para la mayoría de padres y madres, de pensamiento alternativo, es que no tienen tiempo para hacerlo porque trabajan. Sólo hay que ser creativos. No se trata de replicar la escuela tal cual en casa con un horario de 7:30am a 3:00pm. Puede ser por las noches, los sábados, en tu tiempo libre. Puedes buscar ayuda de amigos o familiares. Puedes preparar proyectos que tu hijo pueda hacer solo. La mayoría de quienes siguen un camino diferente pueden llevar a sus hijos al trabajo. Ellos también aprenderán al verte trabajando.

¿Y la sociabilización? Así como yo escojo con quiénes relacionarme, quiero que mi hijo pueda hacer lo mismo. Por supuesto que él tendrá que aprender a lidiar con personas diferentes a él, pero no necesariamente convivir con ellos treinta horas por semana dentro de un(a) (j)aula. Nuestros hijos aprenden tanto de sus compañeros de clase como de sus maestros - para bien y para mal. Pienso que buscar programas lúdicos, artísticos y/o deportivos de dos o tres veces por semana es más que suficiente. Nos han vendido la idea de que nuestros hijos están mejor con otros niños que con nosotra/os - sus padres y sus madres. Yo, por mi parte, sé que ambos somos mucho más felices con todo el tiempo que pasamos juntos desde que lo saqué de la escuela. Se siente bien. Se siente natural.

Si tuve un hijo fue para estar con él y acompañarlo en su descubrimiento del mundo, y no para entregárselo al sistema del cual lucho día a día para liberarme. ¿Pero de qué servirá liberarme yo, si no aseguro la misma liberación para las futuras generaciones? Se moriría esa libertad conmigo.

Educar a tu hijo/a en casa es un acto de rebelión. Te lo recomiendo. Mucho.