Monday, July 11, 2011

Exilio - deprimida por la situación en mi país

El que estés allí
leyéndome
buscando respuestas
- porque por eso leemos -
me tranquiliza
aunque sólo sea por entretenimiento
siempre es con un mismo objetivo:
encontrarnos
en otras cabezas, en otras palabras,
en una perspectiva distinta
y tratar de sentir
por un segundo
ser otro
y no sólo serlo
sino, entenderlo
para entenderte
para entender
porque el no entenderte inquieta
y despierta curiosidad
por saber qué piensa el otro
para ver si piensa igual
o muy distinto
para ver si te encontrás en él
o si la soledad es real
como la siento hoy

Saturday, July 9, 2011

No Soy de Aquí ni Soy de Allá

Es la canción que cantaban mis padres cuando vivíamos en estados unidos, una especie de himno de nuestra identidad. Hoy se muere el autor - Facundo Cabral - a balazos en mi país natal. No creo que mis padres hayan imaginado nunca que las balas que atravesarían la cabeza de Facundo en el 2011 llegarían hasta mi, aquí en bananalandia, donde me harían hacerme las mismas preguntas que ellos se tuvieron que hacer hace más de treinta años, antes de nuestra migración al norte. No creo que hayan imaginado que estaríamos en las mismas, y hasta peor porque ahora no hay quien se atreva a cantar la verdad.

Nosotros, hijos de intelectuales y revolucionarios, por dormirnos, confiados en que el jardin ya estaba sembrado y había sólo que recoger los frutos. Y consumimos todo - la luz, la esperanza, la música, la información. Pero no producimos. No de lo que se necesitaba para mantener esa libertad que heredamos, que se nos dió con sudor y sangre. Pero no hicimos suficiente. Sólo entre nosotros celebramos la victoria. Sólo entre nosotros hicimos fiestas de letras y danzas y teatros. Sólo entre nosotros jugamos a ser héroes. Sólo entre nosotros seguimos repitiendo discursos memorizados y repartiendo ideas recicladas, ni siquiera ideas nuevas. Al menos no suficientes. Fuimos románticos e ineficaces.

Así que pido perdón a la próxima generación, y a todas las que le siguen, por haber perdido tiempo, por haber retrocedido, por haber desperdiciado, y por haber descuidado. Pido perdón a Facundo, a mis padres y a mis maestros, por haber deshonrado su lucha.

Sunday, July 3, 2011

América

Estudiando geografía con mi hijo, vimos un libro (gringo) que hablaba de los siete continentes - Africa, Asia, Austral-Oceanía, Europa, Antártica, Norte América y Sur América. Yo le había enseñado que eran seis - Norte, Centro y Sur como uno mismo, Las Américas. Me preguntó "pero, según este libro, ¿qué somos nostros entonces? ¿Somos del Norte o del Sur?" Le enseñé la separación entre Panamá y Colombia, y le dije que suponía que por eso, dirían que Centro América es parte del Norte. La ambigüedad molestaba. Con sus preguntas, me tocaba un nervio sensible - mi identidad. Dentro de todas las dudas que tengo respecto a mi identidad, puedo decir que soy americana porque soy de Las Américas. Soy de esta tierra y de su historia, del Norte y del Sur. Soy la mezcla de razas de por lo menos 300 años. Mis apellidos me son desconocidos. No sé de dónde vienen. No sé cuál es mi tierra original, que en todo caso serían tierras originales, y eso es, para muchos como yo, ser Americana. Mi identidad está formada por la culpa histórica y la culpa religiosa. Las mentiras para justificar el sufrimiento. Una tierra de belleza inigualable. Las revoluciones. Las tragedias. Las Selvas. Las Montañas. Las lágrimas. Tantas lágrimas. La Música. La Pasión. Tanta Pasión. Y ésta tierra, Centro América, en medio de dos extremos - tan extremos. Olvidada por un extremo. Envenenada por el otro extremo. Tener dueño. Esa fuerza que presiona, cada vez más fuerte, hasta reducir las llamas que a través de la historia siempre vuelven a crecer. Siempre. Ahora. Cada vez un poco más grandes. Un poco más calientes. Nos vamos sacando la benda de los ojos de a pocos, porque la luz de la verdad es casi insoportable. Somos esa Historia verdadera, la que quiero que mi hijo conozca. Y mientras la vamos conociendo, nos recordamos siempre de mirar a los árboles para recordarnos de lo que somos, aunque no sepamos qué nombre ponerle. Somos respiración y movimiento. Somos el universo infinito. Somos mucho más allá de 40,000 años. Somos los dinosaurios y la bacteria. Somos la suma de muchas historias, mucho más viejas, y mucho más largas. Somos evolución, a veces, y a veces somos retroceso. Somos América y la siento correr por mis venas, caliente y rica.