En mi país hay un grupo de gente que predica el positivismo. ¿Suena positivo, verdad?
Qué excelente sería poder sonreír y confiar en medio de esta pesadilla, y mantener la esperanza de que pronto todo estará mejor, y que un día de estos las noticias serán - "Hoy en Guatemala no hubo muertes violentas, ni una."
Pensé que el proceso de evolución era lineal, siempre hacia adelante. Eso significa la palabra. Entonces, ¿cómo puede ser que estemos viviendo lo que hace más de diez años pensamos que habíamos superado? Preguntas ingénuas, lo sé. Entiendo las respuestas en la cabeza, pero no en la piel, ni en los recuerdos.
Vivo en un lugar lleno de árboles. En la mañana me levanto con el cantar de cientos de pajaritos. Por la ventana veo un volcán al frente y montañas alrededor. Crecen flores exóticas en mi jardin, haciendo escenario para las maravillosas danzas aéreas de los colibríes. Pienso en el Principito y su rosa - la razón para permanecer en su planetita marginal. Un amor doloroso porque no deja ir, por el mismo amor que se le tiene.
La belleza de este lugar me sujeta como un amante violento, pero tan bueno en el amor que los golpes se aguantan.
El futuro es un gran signo de interrogación, un espacio gris tirando a negro. ¿Dónde estaré en 15 años? ¿Me habré ido para entonces? ¿Cuánto podré aguantar hasta tirar la toalla y migrar? ¿Seré capaz un día de arrancarme el corazón para abandonar este hermosísimo campo de batalla? Y la pregunta más terrorífica de todas - ¿mi familia estará bien?
Trato cada día de disfrutar el sol, el viento y el verde intenso de este lugar.
Hoy, el amor es aún suficientemente fuerte para mantenerme.
Qué excelente sería poder sonreír y confiar en medio de esta pesadilla, y mantener la esperanza de que pronto todo estará mejor, y que un día de estos las noticias serán - "Hoy en Guatemala no hubo muertes violentas, ni una."
Pensé que el proceso de evolución era lineal, siempre hacia adelante. Eso significa la palabra. Entonces, ¿cómo puede ser que estemos viviendo lo que hace más de diez años pensamos que habíamos superado? Preguntas ingénuas, lo sé. Entiendo las respuestas en la cabeza, pero no en la piel, ni en los recuerdos.
Vivo en un lugar lleno de árboles. En la mañana me levanto con el cantar de cientos de pajaritos. Por la ventana veo un volcán al frente y montañas alrededor. Crecen flores exóticas en mi jardin, haciendo escenario para las maravillosas danzas aéreas de los colibríes. Pienso en el Principito y su rosa - la razón para permanecer en su planetita marginal. Un amor doloroso porque no deja ir, por el mismo amor que se le tiene.
La belleza de este lugar me sujeta como un amante violento, pero tan bueno en el amor que los golpes se aguantan.
El futuro es un gran signo de interrogación, un espacio gris tirando a negro. ¿Dónde estaré en 15 años? ¿Me habré ido para entonces? ¿Cuánto podré aguantar hasta tirar la toalla y migrar? ¿Seré capaz un día de arrancarme el corazón para abandonar este hermosísimo campo de batalla? Y la pregunta más terrorífica de todas - ¿mi familia estará bien?
Trato cada día de disfrutar el sol, el viento y el verde intenso de este lugar.
Hoy, el amor es aún suficientemente fuerte para mantenerme.
No sabes como te entiendo Gabi, y estar fuera también es violento... duele estar adentro y no estarlo también.
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