Thursday, March 3, 2011

La Talacha

Había escuchado de la talacha, pero hay cosas que no se entienden hasta que se viven.

Allí está, sufriendo. Estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado. No podíamos hacer nada. Se lo llevaron. Lo encerraron con criminales de verdad, como un conejo atrapado en una jaula de tigres. Llamaba llorando por los golpes que estaba recibiendo. Lo más urgente fue juntar el dinero y pagar para que no le siguieran pegando, pero para cuando ya se pudo, ya había sufrido varios días de tortura.

El defensor público me dice que no hay manera de movernos más rápido y que, si todo sale bien, estará fuera en un mes. Él sabe lo que es estar allí dentro y me dijo que ni a su peor enemigo le desearía estar en una cárcel de nuestro país. Se dedica a defender a jóvenes rurales en estas situaciones. Son jóvenes que muchas veces no saben expresarse en español. Sus familias no saben cuáles son sus derechos. No tienen dinero para contratar a un abogado privado. Afortunadamente, el defensor público es un abogado comprometido con la justicia y ha ayudado a muchas otras familias en situaciones similares. Él cree en la inocencia de nuestro compañero.

Su madre y su padre están destrozados. Han viajado todos los días a ver a su hijo. Es un viaje de varias horas. Cada viaje representa un día sin trabajo para ellos, y tienen varios hijos a quienes alimentar. En una semana han gastado sus ingresos de dos meses. Ahora están endeudados, pero no piensan en eso. Sólo piensan en su hijo y de cómo sacarlo de allí. La señora me saluda con sonrisa, pero en pocos segundos están los dos en llantos. Es dificil ver a un hombre grande llorar así.

Él es un joven que le gusta el arte. Hace gimnasia olímpica y acrobacia. Trabaja con niños de su comunidad y les enseña lo que sabe hacer. Llega cada mañana a las ocho en punto, a sus labores en nuestro proyecto, desde hace tres años. Los niños lo quieren por su dulzura y sencillez.

Era por la tarde. Había ido a recoger a su novia a la salida de la escuela. Faltaba un rato para que sonara la campana. Se acercaron unos jóvenes y lo invitaron a sentarse con ellos mientras esperaba. Aparentemente, un joven prendió un cigarro de tabaco mezclado. Tres policías los sorprendieron. Los tres jóvenes corrieron a los cafetales en diferentes direcciones. El policía lo persiguió y le saltó encima. En el proceso, el policía se lastimó una pierna. Si mucho, puedo pensar que nuestro compañero forcejeó un poco con la esperanza de escapar, como niño asustado. Es pequeño de tamaño, y no representa una amenza física a un policía entrenado. Dicen que el policía estaba furioso. Dicen que talvez le dolió el orgullo. Dicen que talvez por el enojo, el policía se inventó una bolsita.

Todos estamos más tranquilos desde que pagamos la talacha. Al menos ahora cuando llama sólo se queja del aburrimiento y confirma que ya no le están pegando. Ahora nos toca la parte lenta - llamar, perseguir, convencer, dar seguimiento, esperar. La espera duele. La imaginación tortura.

"¿Pero porqué corriste?" le preguntó su mamá.
"Porque sabía que mi papá se enojaría conmigo" le contestó.

Tengo que creerle al defensor público cuando me dice que lo sacará en un mes. Pensar en otra cosa, no. Pero cuando salga, ¿cómo saldrá? ¿Será todavía un niño? ¿Vivirá siempre con miedo? ¿Creerá todavía en el arte? ¿Habrá perdido la mirada inocente? ¿Habrá visto cosas muy horribles? ¿Habrá sentido por primera vez el odio? ¿Se sentirá aún dueño de su propia vida? ¿Y sabrá ese policía que en un segundo le cambió la vida a un joven que sembraba paz en este país tan violento?

Los voluntarios internacionales que trabajan con nosotros no lo terminaban de entender. ¿Es algo que se paga a la policía? ¿Dónde se paga? ¿Se hace con un abogado? No, les explico, se paga a otros presos, a una cuenta bancaria. Sus ojos se hacen grandes y se les cae la mandíbula mientras yo lo explico como la cosa más normal del mundo.

2 comments:

  1. Puta.. que triste, me hiciste llorar y lo peor es que son cosas que pasan a cada rato. Mano, que buena onda que estás ayudándolos... Si puedo hacer algo, decime...porfa..

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  2. A mi me pasó y se lo que se siente....no sé que más decir pero de algo estoy segura...uno no es el mismo cuando sale, nada es lo mismo....ahora creo que su amor de hacer arte permanecerá y eso ya es esperanza...un abrazo!

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