Tuesday, July 27, 2010

No es el Teatro Nacional, pero es mío.

Suicidio profesional era lo que venía a la mente cuando empecé a considerar más en serio venirme a vivir al área rural hace ya una década. El trabajo escénico cuesta en la ciudad, pero aquí ni hablar - pensaba yo.

En nuestro pequeño teatro en la montaña hemos presentado más de una docena de obras originales. Nos caben hasta 60 personas. En una noche normal, nos entran aproximada $80 y obviamente no tengo que pagar alquiler ni negociar tiempos de ensayo. Los espectadores son generalmente turistas. No vienen los medios de comunicación y he desaparecido por completo de los periódicos nacionales que antes me pedían entrevistas (cuando vivía en la ciudad). Pero, nos la pasamos muy bien y me siento más auténtica y creativa que nunca.

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