Hace dos semanas un amigo murió en un mal aterrizaje de avioneta. Se llamaba Tom. Acababa de comprarse una avioneta para volar a Guatemala y comenzar una nueva vida aquí. Tom ayudaba a La Cambalacha y también a muchas otras iniciativas sociales al rededor del Lago. Era un hombre inspirado, generoso, iluminado y alguien que realmente hacía todo lo que podía por ayudar a su prójimo. Murió cumpliendo su sueño.
Hoy se murió otra amiga, en un hotel en Antigua. Venía en la etapa final de un proyecto que había soñado por años - traer a gente de Canadá para conocer a varios proyectos al rededor del Lago. Era una guapa sesentona con más energía que cualquier veinteañero. Ginnette murió realizando su sueño. Me llamaron para avisarme cinco minutos antes de empezar este párrafo. Ya había decidido escribir sobre la muerte.
Ambos murieron el mismo día que tenían planeado reunirse conmigo, en días distintos, en un lapso de dos semanas. Siento angustia. No hay casualidades me dice un amigo. Inicialmente quería escribir sobre la reciente muerte de mi abuela, y de cómo he sabido de muchos amigos contemporáneos quienes también perdieron a sus abuelas en el último año. Quería escribir sobre cómo el envejecer no sólo te acerca a tu propia muerte, sino también a la muerte de la gente a tu al rededor. Pensaba entrar al tema de cómo se acumulan las muertes cercanas con los años.
Pero ahora me puse a pensar en quiénes más, aparte de las abuelitas, han muerto en el último año. Hice una lista de las personas que yo conocía, que ahora ya no están. Fue el año de más muertes cercanas de mi vida. Todas las personas tenían en común que: eran artistas o amantes del arte, eran visionarios, eran amados masivamente y trabajaban por la transformación social. Los llamo ángeles porque eran todas personas a quienes les importaba mucho más el bienestar colectivo que el bienestar propio, y si existen ángeles, pienso que estas personas lo eran de una u otra manera.
Me pregunto cuál será el significado de que hayan muerto ambos en días en que tenían reuniones conmigo, pero las respuestas que se me ocurren me ponen demasiado nerviosa. Mi amigo me dice que estas cosas no hay que analizarlas demasiado y que aumentará la frecuencia con la que suceden por el tiempo que estamos viviendo. Me dice que debemos estar concientes de lo que está pasando, pero no tratar de entenderlo, porque no podemos. Mas no puedo evitar pensar que se están llevando a los ángeles humanos, quizás por alejarlos del mundo - de lo que está sucediendo y está por suceder. Tal vez se los llevan para evitarles el sufrimiento que viene. En fin, tal vez no hay un significado directo para mi en el que ambos murieran camino a visitarme, sino un resultado de la dicha de conocer a tantos ángeles humanos.