Wednesday, December 22, 2010

La Plaga

En la temporada navideña, la plaga toma fuerza. Las reuniones familiares brindan un ambiente ideal para el contagio. Sus víctimas están vulnerables física y mentalmente desúes de un año de tedio, soledad e insatisfacción general. Empieza el contagio con los abrazos y saludos. "Qué tal mijo, pasá adelante, que Dios te bendiga, vení sentáte." Es un nido de infección. Las defensas bajan por el calor de hogar, el sentimiento de retorno, el cariño, el recuerdo. Luego vienen las culpas. "Tiempos sin verte, ya no nos visitás los domingos, no te vimos en el funeral ni en la boda." Empiezan los síntomas. Mirada vacía, cosquilleo en las piernas, calorcito en la nuca. Pasan a la mesa. Frijolitos, panito francés.

Allí, alrededor de la mesa, la plaga también se sentará a comer, a reírse y a carcajearse viendo cómo todos hacen el trabajo por ella. Un diseño increíble. Un virus coreografeable. Es una plaga morbosa que disfruta ver a sus víctimas caer. Caen al suelo, convulsionan. Se quedan tirados un rato y luego se levantan como zombies, y sí, se han convertido en zombies. Hablan incoherencias. Parecen normales a primera vista. Pero están contagiados.

La plaga se extiende rápidamente por todo el planeta, sin distinción de raza o edad. Algunos parecemos estar inmunes, pero nunca se puede estar totalmente seguros. Debemos tomar las precauciones necasarias y cuidarnos de no entrar en lugares cerrados con grupos contagiados.

La plaga no mata, por lo que no alarma tanto como la gripe porcina. Hay cura, pero se mantiene clandestina por ser perseguida por quienes ingeniaron el virus. Quieren contagiar al mundo entero para luego controlarlo a través de la administración masiva de métodos de alivio temporal. Los contagiados no se enteran nunca, somos los inmunes quienes más sufrimos al verlos caer y entrar en ese coma ambulante.

Friday, December 10, 2010

Anotaciones de mis pláticas con Don Teo

Hay energía colectiva, dimensiones paralelas, vidas pasadas. Hay una conciencia creadora, pero está fragmentada. Somos parte de esta conciencia creadora que se manifiesta fisicamente.

Es un grupo pequeño que toma las decisiones para todo el resto del mundo. Han desarrollado la tecnología para programar a las masas. Las ciudades son trampas, son los laboratorios para los experimentos de programación mental e hipnósis masiva. Hay que evitar viajar a las ciudades.

El plan es milenario.
Estamos contaminados al punto de ni darnos cuenta cuando contaminamos a nuestros propios hijos de las mismas enfermedades contra las cuales estamos luchando desde que comenzó la historia.

Todo está colapsando ante nuestros ojos pero nadie quiere admitirlo. Esa reacción es producto de nuestra programación.

A estas alturas de globalización, es más relevante hablar de cristianos y ateos, o musulmanes y mormones, que hablar de razas. Cualquier persona, en cualquier parte del mundo, que comparte mis creencias, es más parecida a mí que un paisano o un familiar de creencias diferentes.

Amamos por egoísmo, y no hay nada de malo en eso. Prestamos demasiada atención a nuestras emociones y muy poca a nuestros instintos. Así funciona nuestro mundo de mentiras.

Las emociones las aprendimos de las telenovelas - también parte de la programación.

¿Quién se ha muerto de cancer sin un dianosis?

Son igualmente ridículas la persona que cree ciegamente en lo que diga la iglesia y la persona que cree ciegamente en lo que diga la ciencia.

La búsqueda del yo empaña la apreciación de la belleza del ser uno más o parte de.
Creo en el silencio y no confío en las palabras.
La simpleza de vida y el contacto con la naturaleza curan todo.

Lo que creo me conecta energeticamente con otros que creen lo mismo, y juntos aportamos a la realidad manifiesta. La realidad manifiesta, para la gran mayoría de todos nosotros, es la manifestación del creer del grupo más grande, y por ende, más fuerte.

El poder de manifestación de quienes logren desprogramarse será infinitamente más fuerte que el poder de manifestación de una masa hipnotizada.

Un día seremos suficientes.